Un día que correspondía cobrar nuestros haberes nos encontrábamos mi esposa y yo haciendo fila en una entidad bancaria ubicada en el centro de la ciudad de Córdoba para hacer autorizar los mandamientos (esto indica más o menos la fecha que ocurrió esto) para poder cobrar. Mi señora estaba delante de mi. Una vez que el empleado del banco se lo autoriza, ella se retira, el guaso ni me mira (seguía yo en la fila) y se queda observando detalladamente el culo de mi mujer. Cuando me acerco y medio como que me interpongo entre esa mirada lasciva y mi mujer, el tipo me dice: “Esta buena la petisa, ¿no?”. Yo lo miré con cara de ganador, le muestro el anillo y le respondo: “Me lo vas a decir a mi, hace 5 años que estoy casado con ella”. El tipo se puso blanco, me firmó el mandamiento y me lo dio sin mirarme. ¡La vergüenza que tenía! Me fui de ahí mirando la parte de atrás de mi mujer y pensando: la verdad es que está fuerte la petisa….
jueves, 8 de octubre de 2009
UN DIA DE COBRO
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