Anecdota de Velorios La viuda lloraba desconsoladamente y entre gimoteos le decia a su amiga: - pobrecito mi marido nos amabamos tanto y ahora, con su ausencia, no me queda nada suyo. - no digas eso, querida. por lo menos tenes un hijo. - si, pero tampoco era de el.
(sacado de la revista hortencia nª 191 - noviembre de 1984)
Este humilde espacio fue realizado para que cuando entres te olvides de las facturas de servicios, de los políticos, y de tu pareja.
AL QUE ME LEE
Este blog intentará ser un refugio, una especie de santuario de aquellos que necesiten esconderse por unos momentos no sólo de sus acreedores, sino de la negatividad globalizada.
Anecdota de Velorios
ResponderEliminarLa viuda lloraba desconsoladamente y entre gimoteos le decia a su amiga:
- pobrecito mi marido nos amabamos tanto y ahora, con su ausencia, no me queda nada suyo.
- no digas eso, querida. por lo menos tenes un hijo.
- si, pero tampoco era de el.
(sacado de la revista hortencia nª 191 - noviembre de 1984)